Recientemente, el nombre de Stephen Hawking ha vuelto a formar parte de los titulares de muchos medios de comunicación, primero por su vuelo para experimentar la ingravidez y más tarde por su polémica apuesta de 100 dólares a favor de que el LHC no encuentre el bosón de Higgs. Y ahora, vuelve a ser noticia al develar un reloj sin manecillas que costó un millón de libras esterlinas. El dispositivo rinde homenaje al que se considera uno de los mejores relojeros de todas las épocas: John Harrison
Harrison fue uno de los pioneros en la construcción de relojes precisos, indispensables para que los marinos pudiesen ubicar su posición en el océano, al medir con exactitud la longitud. Trabajó en este modelo de reloj más de 36 años, pero falleció en marzo de 1776, en su cumpleaños número 83, sin lograr terminarlo.
Bautizado como Corpus Clock, el modelo que presentará el 19 de septiembre el famoso físico, ha sido puesto a punto por el Dr. John Taylor, del Corpus Christi College de Cambridge, y formará parte del nuevo edificio de la Biblioteca del establecimiento educativo. Taylor es un inventor que estudió en ese Colegio en la década de 1950, y ha invertido 1 millón de libras esterlinas de su propio bolsillo (y cinco años de trabajo) en el proyecto. Cuando es consultado sobre las razones que lo impulsaron a terminar el reloj del maestro del siglo 18, Taylor se limita a decir que “John Harrison es uno de mis héroes."
En realidad, el trabajo de Harrison fue sumamente importante para la industria relojera de los últimos 200 años. Es el inventor del “grasshopper escapement” (“fuga del saltamontes”), un dispositivo que puede ser descrito como un mecanismo capaz de convertir las oscilaciones de un péndulo en un movimiento útil para cronometrar el tiempo.
Dado que el común de la gente ignora la forma en que este sistema funciona, Taylor construyó su reloj de forma que el mecanismo, al que le dio la conveniente forma de un saltamontes, quede a la vista del público. El inventor ha bautizado a su modelo como “Chronophage” (juego de palabras que significan algo así como “comer el tiempo”), nombre que le hace justicia, ya que con su metro y medio de diámetro, se parece a "una temible bestia que impulsa el reloj, literalmente, comiendo el tiempo”. De hecho, se trata del mayor reloj tipo “grasshopper escapement” del mundo.
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