Paul McCartney, en una imagen de archivo. (Foto: REUTERS)
24 de agosto de 2008.- 43 años después del veto del Gobierno de Golda Meir, Paul McCartney actuará en Israel. Será el 25 de septiembre en el parque Hayarkon de Tel Aviv donde cerca de 100.000 israelíes acudirán para ver y escuchar a uno de sus grandes ídolos.
Entre los fans que ya se preparan para comprar las deseadas entradas, no faltarán muchos veteranos que eran jóvenes seguidores de los Beatles en 1965 cuando este grupo habia sido invitado para actuar en Tel Aviv. Entonces, el Ejecutivo provocó la protesta popular al prohibir la actuación de la mítica banda por temor a que "corrompiera a los jóvenes".
La justificación oficial se basó en problemas presupuestarios para un país con problemas económicos que no podía permitirse el lujo de pagar tanto por un grupo musical, aunque fuera los Beatles. Pero la prensa israelí de ese año aludía otras razones como el temor en el Gobierno laborista ante "la negativa influencia que pueden provocar en nuestra juventud sobre todo en el tema de drogas".
Un histórico veto -otros dirán un histórico error- que provocó 43 años después un acto sin precedentes: una carta del ministerio de Exteriores israelí a McCartney, Ringo Starr y a los parientes de George Harrison y John Lennon pidiendo perdón. "Quisiéramos aprovechar la oportunidad para rectificar la histórica ocasión perdida desafortunadamente en 1965, cuando fuisteis invitados a Israel. No cabe duda de que es un error evitar la presentación de personas como vosotros, que habéis moldeado la mente de una generación", se lee en la misiva que entregó hace unos meses el embajador israelí en Londres, Ron Prosor.
McCartney, de 66 años, deleitará a sus seguidores alternando canciones de los últimos años con los clásicos de los Beatles. Las negociaciones para la actuación de la estrella en Israel han durado varios meses incluyendo las exigencias de los agentes de McCartney como la llegada de más de 100 ayudantes, técnicos y músicos o la adquisición de un equipo de sonido especial.
El coste de la producción supera los 5 millones de dólares constituyendo la más importante en la historia de Israel, que en el pasado ya acogió a artistas de la talla de Frank Sinatra, Madonna (o Esther en su nombre cabalístico), Sting, Michael Jackson o Julio Iglesias. Los israelíes esperan ahora que no suceda como la cantante Bjork que anuló su concierto previsto hace unas semanas.
24 de agosto de 2008.- 43 años después del veto del Gobierno de Golda Meir, Paul McCartney actuará en Israel. Será el 25 de septiembre en el parque Hayarkon de Tel Aviv donde cerca de 100.000 israelíes acudirán para ver y escuchar a uno de sus grandes ídolos.
Entre los fans que ya se preparan para comprar las deseadas entradas, no faltarán muchos veteranos que eran jóvenes seguidores de los Beatles en 1965 cuando este grupo habia sido invitado para actuar en Tel Aviv. Entonces, el Ejecutivo provocó la protesta popular al prohibir la actuación de la mítica banda por temor a que "corrompiera a los jóvenes".
La justificación oficial se basó en problemas presupuestarios para un país con problemas económicos que no podía permitirse el lujo de pagar tanto por un grupo musical, aunque fuera los Beatles. Pero la prensa israelí de ese año aludía otras razones como el temor en el Gobierno laborista ante "la negativa influencia que pueden provocar en nuestra juventud sobre todo en el tema de drogas".
Un histórico veto -otros dirán un histórico error- que provocó 43 años después un acto sin precedentes: una carta del ministerio de Exteriores israelí a McCartney, Ringo Starr y a los parientes de George Harrison y John Lennon pidiendo perdón. "Quisiéramos aprovechar la oportunidad para rectificar la histórica ocasión perdida desafortunadamente en 1965, cuando fuisteis invitados a Israel. No cabe duda de que es un error evitar la presentación de personas como vosotros, que habéis moldeado la mente de una generación", se lee en la misiva que entregó hace unos meses el embajador israelí en Londres, Ron Prosor.
McCartney, de 66 años, deleitará a sus seguidores alternando canciones de los últimos años con los clásicos de los Beatles. Las negociaciones para la actuación de la estrella en Israel han durado varios meses incluyendo las exigencias de los agentes de McCartney como la llegada de más de 100 ayudantes, técnicos y músicos o la adquisición de un equipo de sonido especial.
El coste de la producción supera los 5 millones de dólares constituyendo la más importante en la historia de Israel, que en el pasado ya acogió a artistas de la talla de Frank Sinatra, Madonna (o Esther en su nombre cabalístico), Sting, Michael Jackson o Julio Iglesias. Los israelíes esperan ahora que no suceda como la cantante Bjork que anuló su concierto previsto hace unas semanas.
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