Una adolescente de 15 años, de Coquitlam, Columbia Británica, se quitó
la vida semanas después de haber publicado en YouTube un video
explicando que era víctima de intimidación
Su
video de YouTube empieza de una forma un tanto inocente. La adolescente
canadiense, cuyo rostro aparece oculto en la imagen, sostenía una pila
de tarjetas con mensajes escritos con un marcador negro. “He decidido
contarles mi historia sin fin”, decía la tarjeta que Amanda Todd
sostenía en sus manos.
Hasta aquí el observador no tiene idea
de que va a embarcarse en un viaje agónico, uno que ocasionó que la
premier de Columbia Británica emitiera una seria alerta contra el
bullying; un viaje que ha dado origen a una página de Facebook, en la
que miles de personas han dejado sus comentarios y expresado sus
condolencias.
En el video, en blanco y negro, y sin
audio, la adolescente pasaba una tras otra las tarjetas. Cada tarjeta
sumía dolorosamente al espectador en la angustia que muchos adolescentes
han vivido en carne propia.
La tarjeta que la adolescente sostenía
decía: “Cuando estaba en séptimo grado, me veía con mis amigos a través
de una webcam”. En las siguientes tarjetas se revela que la adolescente
empezó a atraer la atención de personas que dijo no conocer. Personas
que le decían que era hermosa, impactante, perfecta. “Querían que les
mostrara mis senos. Así lo hice un año más tarde”, se leía en las
tarjetas.
La adolescente recibió un mensaje de un
desconocido en Facebook, quien le dijo que si no enseñaba más partes de
su cuerpo, publicaría las fotos topless que le había tomado. “Sabía mi
dirección, quiénes eran mis familiares, amigos, nombres…”
Durante las vacaciones de Navidad, la
policía fue a su casa para informar que las fotos se habían enviado a
“todos”. Mostró la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara. “Luego me
enfermé gravemente: sufría ansiedad, una fuerte depresión y ataques de
pánico. Empecé a consumir alcohol y drogas”.
Dice que luchó contra la ansiedad y que
durante un año casi no salió. El mismo hombre volvió a aparecer en una
página de Facebook en la que mostraba las fotos topless en su perfil.
“Lloraba todas las noches, perdí a todos mis amigos y el respeto de la
gente… otra vez…”
Fue acosada y sintió que nunca podría
borrar esa foto. Empezó a cortarse, una forma de castigarse que, de
acuerdo con los psicólogos, es una conducta de control de impulsos que
acompaña a ciertas enfermedades mentales.
Durante los recesos, comía sola hasta
que se cambió de escuela. “Las cosas mejoraban, aunque seguía sentándome
sola”, decía la siguiente tarjeta. “Luego de un mes empecé a hablar con
un viejo amigo”. Pensaba que ella le gustaba aunque sabía que tenía
novia. Un día él le pidió que fuera a verlo porque su novia estaba de
vacaciones. “Y fui… grave error… Pensé que le gustaba”. Una mano
temblaba mientras sostenía las tarjetas; con la otra enjugaba una
lágrima de su rostro.
Una semana más tarde, la novia de su
amigo se presentó en su escuela junto con otras 15 personas. Se reunió
una multitud mientras la novia le gritaba que nadie la quería. “Un tipo
gritó: ‘Golpéala’…” La golpearon y cayó al piso. “Me sentí como una
tonta, pensé que nadie se merece esto”, dice la siguiente tarjeta. “Los
maestros llegaron corriendo, pero yo me fui, me tiré en una zanja y
luego mi papá me encontró”.
Cuando llegó a casa, bebió cloro. “Me
sentía fatal, de verdad pensé que moriría”. La llevaron de urgencia al
hospital para sacar los químicos de su cuerpo. Puso la siguiente tarjeta
muy cerca de la cámara para que el espectador no pudiera verla, sino
sólo leerla: “Cuando llegué a casa, lo único que decía en Facebook era:
‘Se lo merecía; ¿te quitaste el fango del cabello? Espero que esté
muerta”.
Se mudó con su madre a otra ciudad, a
otra escuela. Sin embargo, su pasado la persiguió. “Habían pasado seis
meses, la gente me etiquetaba en fotos de blanqueador, cloro y zanjas...
Todos los días me pregunto por qué sigo aquí”.
Su ansiedad empeoró y se cortaba aún
más; a pesar de la terapia y los antidepresivos, fue trasladada de nuevo
al hospital a causa de una sobredosis.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es Amanda Todd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es Amanda Todd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.
“Nadie se merece ser acosado. Nadie se
lo gana. Nadie lo pide. No es un rito de iniciación. El bullying debe
parar. Todos los niños deben sentirse seguros en la escuela”, dijo Clark
en un video publicado en YouTube el jueves.
La policía de la Coquitlam, zona
conurbada de Vancouver, dijo que el miércoles encontraron el cuerpo de
Amanda Todd en su casa. Se quitó la vida. Tenía 15 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario