Beit Barakat, símbolo de la guerra civil, en la Avenida de Damasco, en Beirut. (Mónica G. Prieto)
Los libaneses recuerdan el 37 aniversario del inicio de su guerra civil con el temor de que el enfrentamiento se repita
Las iniciativas artísticas, sociales y culturales que promueven el conocimiento de la Historia reciente se topan con el discurso religioso y político, que anima a la confrontación
Las divisiones sociales, más exacerbadas que nunca por la revolución siria, las tensiones regionales y la guerra fría entre suníes y chiíes
Mónica G. Prieto · (Beirut)- Periodismohumano.com
El autobús marca Fargo, tan típico del Líbano como el Cedro o el manushe, es hoy una carcasa destartalada. Los restos de pintura roja y azul se adivinan aún en la carrocería agujereada, como los recuerdos de la tragedia
se perciben en su interior. En la memoria colectiva libanesa ocupa un
lugar privilegiado y doloroso: entre sus asientos se cometió la masacre
que simboliza el inicio de la guerra cuando, el 13 de abril de 1973,
pasajeros palestinos fueron ametrallados en el barrio cristiano de Ain
al Rummaneh en respuesta a un tiroteo previo protagonizado por el Frente
Popular para la Liberación de Palestina que pudo haber costado la vida
al líder maronita Pierre Gemayel, líder de las Falanges.
La matanza del autobús, cuyo esqueleto es hoy expuesto por la organización para la recuperación de la memoria histórica UMAM, dio lugar a un baño de sangre que
duró tres lustros. En los siguientes tres días murieron 300 personas;
en los 15 años posteriores se sumaron 150.000 cadáveres, 400.000
heridos, 17.000 desaparecidos cuyos familiares aún hoy exigen de los líderes políticos –los mismos señores de la guerra que
entonces masacraban hoy ocupan el Parlamento, orgullosos y satisfechos,
en un caso de impunidad sólo comparable con Afganistán- que desvelen la
localización de las fosas comunes o la suerte de los suyos.
El Líbano es un país con las heridas abiertas que ha
optado por el silencio avergonzado como terapia, pese a que la
estrategia interioriza odios y perpetúa rencores en una población sin
conciencia nacional, cautiva del sectarismo religioso y político,
siempre al borde de repetir la Historia. Para agitar conciencias y
promover el diálogo y el conocimiento de la guerra civil, tabú incluso en los libros de texto, UMAM ha creado una réplica de al busta, el autobús maldito, que ya recorre las carreteras del país del Cedro.
Un combatiente palestino de Al-Fatah dispara contra fuerzas del ejército sirio en Beirut. Octubre de 1976. (AP Photo/Saade)Tanques israelíes disparan contra posiciones palestinas en el aeropuerto de Beirut. 5 de Julio de 1982 (AP Photo/Langevin/Nash)
Una mujer trastornada se lamenta frente los cuerpos de su marido y dos
hijos encontrados entre los centenares de cadáveres de civiles
palestinos masacrados en los campos de refugiados de Sabra y Shatila por
fuerzas falangistas cristianas en zona controlada por el ejército
israelí. Septiembre. 19, 1982 .(AP Photo/Rafaii)
Marines de EEUU en la línea de defensa del aeropuerto internacional de Beirut. (AP Photo/Don Mell)Niños libaneses pasean por Beirut, Octobre 1990. (AP Photo/Ali Mohammed/Ahmed Azakir)
Tropas libanesas remueven las barreras de tierra y cascotes erigidos en una calle del viejo Beirut tras varios años de guerra civil. Diciembre de 1990. (AP Photo/Ahmed Azakir)
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