—¿Es respirable el aire del siglo XXI, don Miguel?
—Cada día más mefítico. Los viejos nos morimos de asco.
El viejo cazador que escribe, sabio de otro siglo, se nos acaba de morir. «Físicamente débil, espiritualmente desanimado y caído, literariamente nulo», así se definía. Un lúcido laconismo traslucía la sabiduría de quien veía la vida desde el otro lado del camino. «El escritor Miguel Delibes murió en Madrid el 21 de mayo de 1998, en la mesa de operaciones de la clínica La Luz», confesaría desde su admirable gallardía. Una sentencia demoledora de hasta qué punto cuesta aceptar nuestra debilidad como animales para sentirnos, en vez de cazadores, presas del infortunio, del destino. «Han sido más de diez años nulos, perdidos. Con decir que en ese tiempo no cacé una perdiz roja ni escribí una línea profesionalmente está dicho todo. La operación de cáncer me quitó el cáncer, es cierto, pero también otras cosas importantes: memoria, orden mental, capacidad de concentración, hematíes, dioptrías, oído, etc. En suma, en el quirófano entró un hombre inteligente enfermo y salió un lerdo sano». Demoledor Delibes.
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2 comentarios:
Una gran perdida peor quedará su obra eternamente como la de muchos maestrso que amamos, gracias por este homenaje, un cálido abrazo mi querido niño.
GRACIAS SIL. POR YU SENSIBILIDAD. LO BUENO ES QUE ELLOS SIGUEN VIVOS EN SUS OBRAS.
BESOS CIELO
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