¡Yiha! Ya tenemos 30.000 soldados más en Afganistán. Es hora de comenzar a disparar a todo lo que se mueva para enviar a esos talibanes tan cerca de Alá que van a poder olerle el aliento. Porque, como decía el sargento Hartman en "La chaqueta metálica", "a Dios se le pone dura con los marines porque matamos a todo bicho viviente".
Los militares norteamericanos tienen planes para pasar a la ofensiva en el próximo año y medio. Hemos sido lentos al reaccionar, dicen, y ahora van en serio. "We’re gonna buy space and time", anuncian en el Pentágono.
Potente, pero un poco ligero. Demasiado tecnocrático. El general británico Graeme Lamb, asesor de McChrystal, ha dicho que van a golpear a los talibanes "hasta que les sangren los ojos".
Hablando de ojos, este miércoles el Daily Telegraph sacaba en primera página la foto de esta niña, hija de un soldado británico muerto en Afganistán.
Otros soldados caerán y sus hijos verán desfilar sus ataúdes para que el general Lamb pueda confirmar que han pasado a la acción. Como dijeron que iban a hacer en 2001.
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