Los investigadores tomaron como referencia los datos de una encuesta nacional sobre salud y nutrición (NHANES) realizada por los centros de Control y Promoción de las Enfermedades de los Estados Unidos entre 1999 y 2004. En su trabajo los autores compararon los datos de las personas que consumían zumo natural con los de quienes no y descubrieron que los primeros tenían un menor índice de masa corporal (IMC), menor circunferencia de cintura y menos resistencia a la insulina. Los investigadores observaron una asociación inversa entre el nivel de consumo de zumo y estos parámetros.
Según los resultados, el riesgo de obesidad era un 22 por ciento menor en los bebedores de zumo natural y el riesgo era un 15 por ciento menos en cuanto al síndrome metabólico. Este conjunto de trastornos se define por la presencia de tres o más de las siguientes alteraciones: obesidad central, alta glucosa en sangre, niveles altos de triglicéridos rápidos, bajo colesterol HDL e hipertensión. «Sabemos que seguir una dieta sana rica en frutas y vegetales está asociado a un menor riesgo de enfermedades crónicas. Una taza de zumo cien por cien natural cuenta como una ración de fruta y, según nuestro análisis, el consumo de este tipo de zumo se asocia con algunos de estos beneficios», explica Mark Pereira, codirector del estudio.
Según los autores, el consumo de zumo cien por cien natural se suele asociar con otras conductas sanas. Entre más de 14.000 participantes en la encuesta, los consumidores de zumo tenían niveles más elevados de actividad física y patrones dietéticos más saludables. Después de tener en cuenta los factores del estilo de vida, el riesgo de obesidad se mantuvo un 14 por ciento más bajo entre los consumidores de zumo.
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