Antes de comprar una prenda, mira la etiqueta donde se indican las instrucciones de lavado. No compres prendas que se laven en seco, o que sólo se laven a mano. Además de evitar visitas a la lavandería, ahorrarás dinero en agua y detergente de prendas delicadas, y dedicarás menos tiempo a la limpieza de la ropa, y, el tiempo también es dinero.
La mejor elección son las prendas con tejidos naturales, y aquellas cuya etiqueta indique que son fáciles de planchar o, mejor aún, que no necesiten planchado. Ahorrarás electricidad con la plancha y ahorrarás también mucho tiempo.
Elige prendas que no se arruguen fácilmente y, a ser posible, de colores oscuros. Son prendas más sufridas que no tendrás que planchar cada dos por tres y que no tendrás que lavar a la más mínima mancha.
No conozco a nadie que se haya comprado un abrigo blanco y no se haya arrepentido de comprarlo. Aunque sólo te lo hayas puesto un par de veces, parecerá sobado y sucio, con el simple roce por el uso.
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