La impunidad de la Iglesia católica irlandesa

No fueron casos aislados. En los abusos, las violaciones y los maltratos a niños que se cometieron durante más de setenta años en Irlanda estaban implicados 800 curas, monjas y laicos. El escalofriante informe de la Comisión sobre Abusos a Menores está basado en los testimonios de más de 1700 personas, antiguos alumnos y funcionarios de más de 200 instituciones a cargo de la Iglesia. Sus 2600 páginas denuncian los abusos que los curas y las monjas protagonizaron en orfanatos, talleres-escuela, reformatorios y otras instituciones estatales en los que vivían más de 30 mil niños abandonados, huérfanos o acusados de robos menores desde la década los años treinta hasta finales de los ochenta cuando se cerraron.

Las investigaciones se han centrado en las órdenes religiosas de los Hermanos Cristianos, las Hermanas de la Misericordia y las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad y Refugio. Los primeros administraban residencias masculinas, donde los abusos sexuales fueron “endémicos”. Las niñas en manos de las monjas sufrieron menos vejaciones sexuales pero igual maltrato físico y emocional. Una realidad retratada en la película “Las hermanas de la Magdalena”

Los menores crecieron en un “clima de miedo producto de castigos arbitrarios, excesivos y dominantes”. Fueron golpeados, azotados y pateados. Ayer, Mick Waters que entonces tenía 10 años contaba su experiencia en El País: “Aquellos enormes dormitorios con 250 niños tenían una habitación de castigo y se oían los gritos de los niños llorando de horror y dolor. Los gritos se extendían por todo el dormitorio y eran otra forma de meternos el miedo en el cuerpo. Y abusaban sexualmente de los niños, les degradaban sexualmente enfrente de los otros niños. De mí también abusaron sexualmente. Oh, sí. Yo era una persona fuerte. Aún lo soy. Y a la gente con carácter siempre la llevaban a la habitación de castigo y ahí dos o tres hermanos hacían lo que querían contigo, para satisfacer sus costumbres más sucias. Cuando eres un niño no comprendes los abusos sexuales. No sabes lo que es el sexo. Pero en el fondo del corazón sabías que era algo malo. Hay cosas que no comprendes pero sabes que son algo terrible”.

Las víctimas de ese infierno no verán hacer justicia. El informe sólo cita a quienes ya han sido condenados pero ningún supuesto el pederasta será denunciado. Tampoco lo hará la Iglesia que por aquel entonces se limitaba a trasladar de residencia a los presuntos abusadores, donde en muchos casos volvían a delinquir. Hoy “paga“, se disculpa y avergüenza pero no busca culpables.

No es la primera vez que se habla de pederastia dentro del catolicismo irlandés. El informe publicado esta semana fue encargado por el Bertie Ahern cuando era Primer Ministro en 1999, tras pedir perdón en nombre del Estado a los miles de niños que habían sido víctimas de los abusos. En 2005, el informe Ferns reveló más de 100 denuncias de violaciones y maltrato infantil entre 1962 y 2002 contra una veintena de sacerdotes.

Como en Irlanda muchos otros países vienen destapando desde la década de los 90 una realidad que durante años ha quedado presa en la dictadura del silencio. Las primeras denuncias fueron en Estados Unidos donde el informe John Jay acusó a más de 4.000 sacerdotes estadounidenses de abusos en un lapso de 50 años, lo que representaba el 4% del clero de ese país. El documental “Líbranos del Mal” narra la historia del sacerdote pedófilo Oliver O’Grady, y de algunas de sus víctimas durante los setenta y los ochenta en California.