miércoles, 11 de febrero de 2009

Los ultras tienen la llave del Gobierno de Israel

Livni y Netanyahu se disputan el apoyo del partido del extremista Lieberman

Un cartel publicitario muestra a Livni y Netanyahu.
EUGENIO GARCÍA GASCÓN - Corresponsal en Jerusalén - 11/02/2009 21:00

Las elecciones del martes han arrojado unos resultados que complican la formación de una coalición de Gobierno. La llave la tienen los 15 diputados del partido ultranacionalista de Avigdor Lieberman, Israel es Nuestra Casa, convertido en la tercera fuerza política de la Kneset.

Lieberman, mantuvo este miércoles conversaciones con Tzipi Livni de Kadima y Benjamin Netanyahu del Likud y acordó volver a reunirse con ellos sin revelar cuál será su candidato preferido.

El bloque de la derecha, la extrema derecha y los ultraortodoxos, ha reunido 64 diputados, un resultado que le dará la mayoría salvo que Shas, con once diputados, o Israel es Nuestra Casa, decidan apoyar a Livni, algo que en este momento parece improbable pero no puede descartarse.

Las consultas comenzaron el martes, inmediatamente después de conocerse las encuestas a pie de urna, y continuaron intensamente el miércoles. Las distintas fuerzas tienen que decir si apoyan a Livni o a Netanyahu. En función de esta decisión se elegirá al candidato idóneo a primer ministro.

El presidente Simón Peres abrirá a su vez consultas con los líderes de todos los partidos para conocer su posición. Dispone hasta el día 19 para designar al candidato que pueda sumar el apoyo de más de 60 diputados.

Negativa a repartirse el poder

El Likud ha rechazado la idea de Kadima de formar un Gobierno rotatorio de dos años para Livni y dos para Netanyahu. El Likud no lo acepta, argumentando que el electorado ha dado la mayoría al "campo nacional" y no procede repartirse el poder.

Parece difícil que el Likud y Kadima logren entenderse después de lo ocurrido en las horas inmediatamente posteriores a las elecciones, aunque Netanyahu había dejado abierta la puerta a un pacto semejante durante la campaña.

Pero también resultará complicado que Netanyahu logre acomodar las demandas de sus dos principales aliados teóricos, Shas e Israel es Nuestra Casa. El primero es un partido estrictamente ultraortodoxo y el segundo casi rigurosamente laico, que han mantenido agrias disputas durante la campaña.

Los líderes de Shas se apresuraron a decir que no ven ninguna contradicción en el hecho de entrar en el mismo Gobierno que Israel es Nuestra Casa. Dependerá ahora de la habilidad de Netanyahu facilitar una convivencia entre esos dos partidos y que los roces del día a día y de sus diferentes programas no aborten el proyecto.

Shas apuesta por Netanyahu

A diferencia de Israel es Nuestra Casa, Shas ya ha decidido que propondrá a Netanya-hu como candidato, aunque no ha roto el diálogo con Kadima.

Si ve que las primeras conversaciones no prosperan, Netanyahu podría entablar un diálogo político con Kadima para establecer una coalición más amplia. Esta opción sería más probable si la Administración de Barack Obama decide presionar a Israel para que logre un acuerdo con los palestinos, como han sugerido fuentes del entorno del presidente estadounidense.

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