El ataque contra el líder Jamal Abu Samhadana era sólo el preludio de una operación de las Fuerzas Armadas israelíes contra los cohetes Qassam en Gaza. Ha acabado mal con la muerte de varios niños. Ocurre cuando intentas matar moscas a cañonazos. Ni siquiera una maquinaria militar bien engrasada puede saber dónde van a caer.
La cifra de muertos por el bombardeo de una playa de Gaza varía según la fuente. Reuters dice que han muerto siete palestinos, entre los que hay tres niños (un bebé y dos niños de 3 y 10 años). Efe cita 11 muertos y The Jerusalem Post, 13. El número de heridos supera los 20.
Inicialmente, se ha dicho que los disparos partieron de patrulleras de la Armada israelí. Este punto no está claro. Los militares israelíes han dicho después que están investigando si el ataque procedía de unidades de artillería.
El jefe del Ejército ha ordenado suspender los ataques de la artillería hasta que se investigan las circunstancias del suceso. Un portavoz militar ha pedido disculpas y lamentado la muerte de inocentes.
En las últimas 24 horas, el Ejército israelí ha matado a 22 palestinos, algunos de ellos implicados en los ataques con Qassam, otros evidentemente no. Los militares no están más cerca que ayer de impedir estos ataques. Un día más, la expresión 'asesinatos selectivos' se convierte en un sarcasmo.
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