“A lo largo de los años he aprendido que lo importante de un vestido es la mujer que lo lleva.”
Yves Saint Laurent
Por Jose A. Pérez
En la década de los 60, un Yves Saint Laurent que aún no contaba 30 años puso nerviosa a la mojigatería de la época al adaptar el smoking, tradicionalmente masculino, al cuerpo de la mujer. Más de cuatro décadas después, Carme Chacón, Ministra de Defensa de un paisito llamado España, ha usado un smoking para poner nerviosos a los nietos de aquellos mojigatos tan fácilmente escandalizables. Tanto entonces como ahora se alegó idéntico motivo de escándalo: la falta de respeto por la tradición, por lo normal, por el protocolo.
La RAE dice que el protocolo es "la regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre". El protocolo de la Casa Real, por ejemplo, dicta cosas tales como que el monarca, durante un acto, no puede pasar por encima de un cable, lo que trae por el camino de la amargura a los técnicos de luces y sonido que se encargan de los eventos reales. El protocolo del día de la Pascua Militar, por su parte, especifica que las damas deben llevar traje largo. Yves Saint Laurent debe de estar revolviéndose en su tumba.
comunicación (ayer, durante la retransmisión del acto, la persona que tenía a mi lado exclamó: “¡Pero qué lleva ésa puesto!”), y segundo, porque polémicas como ésta no están, en absoluto, vacías de contenido. Porque, como ya dejaron claro las vanguardias, forma es fondo y viceversa.
Carme Chacón no cogió lo primero que encontró en el armario. Carme Chacón fue consciente de lo que hacía y de los comentarios que acarrearía. Sabía que más de un mojigato opinaría al respecto, pero pensó, como pensamos otros muchos, que el día que tomemos en serio las opiniones estéticas de los mojigatos será un buen momento para abandonar el país. Ni que decir tiene que los mojigatos son asimismo los menos adecuados para opinar sobre avances sociales (en fondo y forma).
Entiendo que existan protocolos respecto a ciertas cosas. No me parecería buena idea, por ejemplo, que un ministro español se saque la chorra en el Parlamento, pero me encantaría ver un cierto relajo estético en los políticos. ¿O es que la democracia pierde credibilidad si le quitamos la corbata? Si es así, a lo mejor es que tenemos una democracia de mierda.
La Ministra, amigos y amigas mojigatas, estaba guapísima. Y punto.
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