El asunto está aún por verse, pero un asteroide denominado WD5 que se encuentra actualmente en trayectoria hacia la vecindad del planeta Marte, podría, en una oportunidad de setenta y cinco, golpear el planeta rojo el día 30 de enero del 2008.
El pedrusco sólo mide 50 metros de largo, pero su impacto podría ser tan grande como el que en 1908 se produjo en Tunguska, Rusia o bien, el que creó el crater de Arizona, E.U. Recordemos que en 1994 el cometa Shoemaker-Levy colisionó con Júpiter y las imágenes recogidas entonces fueron espectaculares; ¿qué tanto más si en vez de un gigante gaseoso el evento ocurre sobre el planeta más parecido al nuestro en el Sistema Solar?
Muchas son las conjeturas de los efectos a corto y largo plazo de tales impactos sobre la Luna o la Tierra, inclusive aquellas que atribuyen el surgimiento de la vida o la extinción de los dinosaurios a un cometa; de ocurrir el choque, los estudiosos lograrían mejorar sus modelos, con la ayuda de las herramientas actuales y mejor aún, con los equipos robóticos que ya se encuentran en Marte.Por supuesto, sería de interés conocer que tan preparados estamos -o no- para predecir y tomar acción preventiva en el caso de que fuese la Tierra el destino de uno de estos asteroides errantes. Hollywood y el National Geographic nos ha preparado para lo peor, pero solo el tiempo dirá cuanto hay que temerle a Apofis.
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